Un panorama hacia mediados de los ‘60

San Francisco del Monte de Oro

Siendo cabecera de Ayacucho, hacía décadas que ya contaba con numerosas dependencias estatales. Encabezaba la lista, la Municipalidad, Jefatura de Policía Departamental, Registro Civil, Juzgado de Paz, Oficina de Correos, Receptoría de Rentas, Hospital San Roque, Dispensario Provincial y Centro de Salud de la Nación. A nivel educativo, funcionaban instituciones como la Escuela Normal, Escuela Nacional N°24, Escuela Provincial N°48 y Escuela de Adultos N°15.

En cuanto a la actividad privada, figuraban el Sanatorio San Francisco, médicos clínicos, odontólogo, importante comercio minorista, tiendas, ramos generales, despensas, carnicerías, verdulerías, librerías, bazares, dos farmacias, zapaterías, carpinterías, etc. A nivel hospedaje se destacaban la Hostería Fiscal de Turismo, Hotel Martín, Pensión Guzmán y otras más que cubrían por ejemplo la necesidad de alojamiento para estudiantes y profesionales de otras latitudes.

También había confitería con pista de baile, Biblioteca Pública, Tiro Federal Ayacucho, Club Sportivo Pringles y numerosos balnearios, como la laguna del Esteco, Las Palmas, Los Gringos, El Guanaquito, Rio de Gómez, Quebrada de López y del Matadero. A ello se le sumaba sus lugares históricos, siendo el más importante la “Primera Escuela de Sarmiento”, declarada Monumento Histórico Nacional en 1941.


 Lo cierto es que, habiendo sido en épocas pasadas uno de los núcleos más habitados, para mediados de los ’60 su población venía en disminución. El último Censo Nacional (1960) había arrojado 1864 habitantes, lo que significaba objetivamente 481 menos que en 1947. Algunos observadores de la época atribuían esto a distintos factores, como la falta de una actividad rural correctamente planificada o la decadencia de la minería terminadas las guerras mundiales. Tampoco había industrias, a excepción de los aserraderos.

Sea cual fuere la explicación, la zona estaba atravesando una etapa donde muchos dejaban su lugar de origen en búsqueda de oportunidades y nuevos horizontes. La consecuencia de todo esto fue un relativo estancamiento en el progreso del valle, que no se justificaba teniendo en cuenta sus favorables condiciones naturales y su posición con respecto a otros centros cercanos. Ante ello, una de las propuestas para lograr la reactivación económica era el fomento del turismo. 

Bajo el sugestivo título “Un paraíso ignorado por el hombre”, en 1966 un cronista anónimo de El Diario de San Luis describía en un deleitante relato su visita a la localidad. Dicho texto, donde se daba a conocer distintos atractivos naturales y culturales, tenía una clara intencionalidad de conquistar potenciales visitantes y con ello ayudar al crecimiento económico. Mas de medio siglo después de haber sido publicado, comparto a continuación un extracto del citado artículo:

UN PARAÍSO IGNORADO POR EL HOMBRE (anónimo). 
 “San Francisco es un hermoso valle enclavado entre serranías; rodeado al este y al sur por las Sierras de San Luis y al norte y oeste por una cadena de altas lomas, da la impresión de un enorme cofre, en el que se pretendiera atesorar toda la belleza con que la naturaleza lo dotara tan prodigiosamente. 
Vamos a pasar una jornada en el Valle y sus cercanías. Nace la aurora, un imponente disco de oro, se va dibujando lentamente sobre la cima de los cerros y su luz que cada instante se hace más brillante, baña el valle dando vida y color al pueblo que despierta, todo toma sus formas, añosos árboles, erectos álamos en disciplinada formación, sus calles, sus casas salen lentamente de las sombras; millares de pájaros entonan sus conciertos matinales como si con ellos quisieran rendir tributo a la magnificencia del paisaje; zorzales, reyes del bosque, jilgueros, picahuesos, cardenales, etc. y hasta el pequeño rum-rum, con su canto de matraca, quiere expresar su alegría de vivir. 
Pronto darán comienzo las clases, un enjambre de guardapolvos blancos pone la nota alegre en el ambiente, centenares de niños con su acostumbrada algarabía transitaran por las calles en procura de la escuela; pronto se iniciarán las actividades comerciales, camiones, autos, carros, motos, jinetes bien montados y hasta el humilde burrito con sus alforjas, poblaran las calles logrando el ritmo que dará al pueblo aspecto de pequeña ciudad. 
Después del almuerzo, salimos a recorrer los alrededores del pueblo. Nos situamos en la Banda Sur, allí una modesta placita limpia y bien cuidada, lleva el nombre del gran maestro de América, a menos de cien metros, un templete de cemento protege el histórico rancho, a su lado una imponente escuela primaria, lo honra con su nombre también y así en ese ambiente, vivimos el recuerdo del padre de la enseñanza argentina, todo nos habla de él, la plaza, la escuela, la iglesia y el viejo rancho, evocan su austera e ilustre figura. 
Con solo viajar seis kilómetros, llegamos a la Quebrada de López, allí entre imponentes cerros, un hermoso dique nivelador, rompe la salvaje y agresiva belleza del lugar; un rio baja de lo alto del cerro como pretendiendo escapar de su soledad haciendo serpentear sus cristalinas aguas entre rocas, tan límpidas y claras, que a través de ellas se perciben los colores de las piedras que descansan en su lecho, y su dulce frescura invita a un baño reparador. 
Volvemos a nuestro punto de partida, desde allí nos dirigimos por otro camino a la laguna Esteco, un delicioso lugar para pasar el día, encajada entre enormes rocas, profunda y fresca con un bosquecillo natural a su lado, hacen de ella un lugar obligado de descanso del viajero; un kilómetro más y estamos en El Vallecito. Un panorama indescriptible de nos ofrece a la vista capaz de extasiarnos, millares de palmeras festonean la falda serrana, una inmensa mole de granito emerge cual centinela, celoso custodio de tanta belleza; en ella Sarmiento solía pasar sus horas de ocio dedicado a la lectura, más allá, piedra pintada, una gruta donde se pueden ver pinturas indígenas; después, El Rincón, Pie de la Cuesta, camino a La Carolina, lugares pródigos en bellezas naturales. 
Nuevamente en San Francisco, aún nos queda ver El Palmar, Río Juan Gómez, Las Chacras; inútil seria pretender seguir describiendo tanta belleza, solo al verla se podrá apreciar en toda su magnitud. 
Se aproxima la noche, miramos al naciente, a cada instante los cambios de color nos ofrecen un nuevo panorama, y los cerros influenciados por las sombras de sus propios perfiles que les da el sol en su agonía, toman formas fantasmagóricas. Poco a poco, nos envuelve la noche, centenares de aves rezagadas cruzan el espacio en demanda de nidos, mientras el diáfano cielo se va tachonando de estrellas hasta formar un negro mano cuajado de diamantes; y la divina Cruz del Sud luce majestuosamente... 
Ya es noche cerrada, a lo lejos se hace oír una nota quejumbrosa, es el lamento del crespín que, con su canto triste y agorero, quiere expresar todo el dolor de amante abandonado. 
Así es San Francisco, un rincón paradisíaco en el que Dios con sus prodigiosas manos, sembró bellezas por doquier. Así es San Francisco, una belleza ignorada”. (El Diario de San Luis, 4 de octubre de 1966, pág. 5). 
Parte de la publicidad en la edición del 4 de octubre de 1966
(pág. 7)

ANEXO

Avisos publicitarios del Diario de San Luis en la edición del 4 de octubre de 1966.

CASA CARRIZO: concesionario "SIAM", artículos para el hogar y librería;
CONFITERÍA "9 DE JULIO": bar, confitería, pizzería, bailes;
COOPERATIVA SAN FRANCISCO Ltda. (e.f.).: agrícola, ganadera y de vivienda;
DESPENSA Y FRUTERÍA, de Pedro Sarmiento;
Dr. W. Logwinczuk;
"EL PORVERNIR";
EMPORIO SAN FRANCISCO, de Alfredo Velazco, representante exclusivo de PEPSI COLA;
ESTABLECIMIENTO "LOS NOGALES": Plantación Frutícola;
FARMACIA "FATIMA", de María Isabel Orozco de González;
FARMACIA SAN FRANCISCO, de Carlos W. Piscitelli;
FORTUNATO SALAMA: "Todo para el buen vestir";
GUITARRAS "LA PUNTANA", de Máximo Heredia;
KIOSCO DE JOSÉ R. JOFRE: diarios, revistas, golosinas, salón de lustrar;
LA FAVORITA: ramos generales, de M. M. Ortega;
MERCADITO POLO: de Agustín Lozano;
OJEDA, PEREZ Y ALMADA S.C.C: almacén, ferretería, frutos del país. Agentes ESSO S.A. - Pet. Arg.;
PRIMO F. ABACA, agente de SHELL.;
SANATORIO Y MATERNIDAD SAN FRANCISCO. Dr. Segundo Barbato;
TALLER DE ZAPATERÍA, de Celasio Frías Barzola;
TALLER MECÁNICO DE CARPINTERÍA, de Ramón Oscar Camargo;
TIENDA BLANCO Y NEGRO, de Sananes Hnos.

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