"CAPITAL NACIONAL DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA" (Proyecto de Declaración)

Senado de la Nación 
Secretaría Parlamentaria
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(S-2726/06)

PROYECTO DE DECLARACIÓN

El Senado de la Nación

DECLARA

A la localidad de San Francisco del Monte de Oro, departamento Ayacucho, de la Provincia de San Luis, donde en el año 1826 Domingo Faustino Sarmiento fundaba su primera escuela, como
“CAPITAL NACIONAL DE LA EDUCACIÓN PUBLICA.

Adolfo Rodríguez Saa.- Liliana T. Negre de Alonso.- Roberto Basualdo.

FUNDAMENTOS

Sr. Presidente:

Escribía Sarmiento el 2 de Enero de 1872 al Gobernador de San Luís JUAN AGUSTIN ESTRADA...
“Allí en San Francisco del Monte de Oro abrí primera escuela con siete alumnos, todos de mayor edad que yo, e hijos, excepto Dolores, creo, de familias acomodadas; uno de los becerro, de la sierra y... no me acuerdo de los demás; pidiomelo el Presbítero Oro, por amor a aquellos de sus feligreses, y de pena de verlos llegar a adultos, jóvenes ricos sin saber leer. Este incidente tan trivial, esta escuelita al aire libre, mientras estudiaba latín, hizo que los detalles prácticos de la enseñanza me fuesen familiares y dio un giro especial a mis ideas.-

El hecho innegable de que el maestro fundara en 1826 en San Francisco del Monte de Oro, provincia de San Luis, la primera escuela pública de la patria, fue el primer paso en el largo camino dedicado a la enseñanza.

Este acontecimiento, que debe ser reconocido y valorado, marca el inicio de la existencia de la institución educadora que constituye uno de los pilares fundamentales del accionar gubernamental en cualquier país libre y democrático.

San Francisco del Monte de Oro ha contribuido generosamente a la formación de docentes, la prueba de esto es que, desde comienzo del siglo pasado hasta nuestros días ha aportado docentes que han ejercido la enseñanza en los mas apartados rincones del país, bajo la advocación sarmientina, haciendo cierto su apotegma de transformar la república en una gran escuela.-

La Villa de San Francisco del Monte de Oro, cabecera del Departamento Ayacucho, situada en un hermoso valle al pie de la sierra de Michilingues se encuentra a ciento siete kilómetros al norte de la Ciudad de San Luis, en la ruta que después continua hacia Luján y Quines.-

El ancho y pedregoso Río San Francisco divide la ciudad en dos partes, cada uno de las cuales tiene su plaza y su calles Sarmiento, Iglesia y Escuela. La Banda Norte, que es la mas poblada se fundo en 1872. En cambio la del sur, la histórica, tiene una antigüedad de tres siglos. El núcleo inicial de la población se radico en la Banda Sur y la Villa se llamo, según Juan W. Gez
“San Francisco del Monte”, el aditamento “de Oro” llego cuando se descubrieron las minas de Carolina.- 
Allí instaló Sarmiento su primera escuelita en 1826.-

En un ángulo de la plaza está la propiedad de Jerónimo Camargo, en cuyo interior se conserva el humilde ranchito donde Sarmiento, no siendo mas que un niño de 15 años, echaba los cimientos de la educación popular.-

Este ranchito constituye, por su significado, un verdadero símbolo tradicional de la cultura argentina y un recuerdo glorioso de nuestro mas grande educador.- (
“Los monumentos y lugares históricos de la Argentina” Carlos Vidal.- Segunda edición- Editorial Atlántida Buenos Aires, julio 1959.-)

Protegido ahora por un templete ha sido declarado Monumento Histórico.
En sus inmediaciones se levanta hoy la Escuela Nacional N° 24.-

Juan W. Gez, en Historia de la Provincia de San Luis, dice
“ ..Ante la anarquía reinante entre las provincias y ante los grandes peligros que amenazaban al país, comprometido en guerra con el Brasil, en medio de tan grandes preocupaciones, el joven Domingo Faustino Sarmiento, destinado a tan importante figuración en el país, fundaba y dirigía una escuela en San Francisco del Monte de Oro, donde acaba de llegar proscripto con su tío” “Este modestísimo plantel de cultura estaba destinado a ejercer una gran influencia en la civilización argentina”.-

En 1857 se constituye en San Francisco la comisión de damas integrada por doña Hipólita Loyola de Laborda, Casiana Quiroga de Sarmiento y Dolores Sosa de Nuñez a fin de gestionar la creación de una escuela para niñas.-

En 1858 el Poder Ejecutivo nombra maestra a la señorita Delfina Varela y la autoriza a educar a 80 niñas pobres.-

El 9 de mayo de 1864 abre sus puertas la escuela de varones de San Francisco.-
Una etapa de vital importancia para la vida social y cultural de San Francisco lo marco la creación de la escuela Normal Regional de Maestros.

El 15 de Febrero de 1911 se colocó la piedra fundamental, asistieron a este acto como delegados del Consejo nacional de Educación los Drs. Francisco P. Moreno y José B. Zubiaur. Estuvo presente el historiador puntano Juan W. Gez.- Las puertas de dicha escuela se abrieron el 23 de agosto de 1915.-

Domingo Faustino Sarmiento fue una de las figuras más polifacéticas y controvertidas de la historia política argentina.

Sarmiento llega a San Francisco, en 1826, con su tío el Presbítero José de Oro, que venia expatriado de San Juan por cuestiones políticas.

Desde edad temprana, Sarmiento mostró su vocación docente y su sorprendente aptitud para enseñar.

Como dicen Hilda Sabato- Gregorio Weinbrg-Ezequiel Gallo- Javier Fernández
“En un rincón histórico de la Provincia de San Luis, San Francisco del Monte de Oro, Sarmiento vio el brillo inicial de su misión redentora por la educación”.-

Educar al ciudadano la
“... igualdad de derechos acordada a todos los hombres... es en las repúblicas un hecho que sirve de base a la organización social... de este principio imprescriptible hoy nace la obligación de todo gobierno a proveer de educación a las generaciones venideras...” Estas palabras escritas en 1846, ilustran con claridad la conexión que Sarmiento establecía entre vida republicana, igualdad de derechos y educación provista por el estado. Estaba convencido de que la construcción de una nación republicana exigía la formación de los ciudadanos para que desarrollaran “su inteligencia y su virtud” y participaran de la vida pública. Aspiraba al desarrollo de una amplia y activa ciudadanía política, que usara de sus derechos políticos y tomara parte en las elecciones, pero sostenía que esa intervención requería de una preparación intelectual y que correspondía al gobierno, al estado, hacerse cargo de esa tarea educativa fundamental.

Para Sarmiento la educación era universal, y no admitía las particularidades en ese terreno, al mismo tiempo consideraba que
“el patriotismo es el civismo” y asociaba la patria a la participación en la vida política “ aprobando, criticando, aplaudiendo, ayudando, conspirando”, por lo tanto, sólo la escuela pública podía a la vez educar universalmente y forjar ciudadanos “patriotas”. Educación estatal, ciudadanía política y república eran así, para Sarmiento, aspiraciones inescindibles. 

Sarmiento sentidor, hacedor, escritor, estadista y educador, todo lo fue en grado superlativo, por ello siempre es oportuno evocar su personalidad en su faceta más conocida e influyente: la de educador, en este sentido sus merecimientos son sobresalientes y consisten en haber referido el quehacer educativo a un proyecto de país que debía integrarse y modernizarse, para lograrlo a su juicio, era indispensable poblar, colonizar, y educar.

Todo el mundo reconoce su pasión cívica y su vocación para arraigar valores republicanos aun durante las contiendas políticas de su época.

Sarmiento fue Legislador, Gobernador, Embajador, Ministro y Presidente de la Republica, y en todas esa posiciones dejo la indeleble marca de su presencia.-

La trascendencia de las ideas de Sarmiento radica en haber señalado, tempranamente, la importancia de la educación para el desarrollo, la democratización y el cambio.

Decía Sarmiento
“…Ante todo he sido durante mi vida maestro de escuela, cualquiera que fuera el puesto que ocupase, hasta el mas encumbrado…”

Su programa pedagógico formó parte de su ideario civilizador.
Para Sarmiento educarse era
“ser simplemente hombre libre”. A la educación popular pública y gratuita consagró los mayores esfuerzos de su pensamiento y acción.

La escuela y el libro o más bien las bibliotecas, son dos cosas que se suponen la una a la otra, los libros piden escuelas, las escuelas piden libros.

El propósito que perseguía con su pasión por educar era el de preparar a la sociedad para construir, desarrollar y sostener todos los aspectos de una nación. Se trataba de educar a todos por igual, sin distinción alguna, porque era el único camino que prepararía al pueblo para vivir en democracia. Según sus palabras:
“Sin civilización, sin luces no hay gobierno posible sino el despotismo, no hay opinión pública, no hay libertad, no hay instituciones, no hay industrias ni riquezas. Y la civilización de un país no está en los colegios ni en las universidades, está en las escuelas primarias, cuando éstas se hayan montadas sobre un plan liberal, filosófico y razonado”. Consideraba que “la instrucción primaria es la medida de la civilización de un pueblo”, por eso su tarea consistió en la creación de un sistema de primera enseñanza pública y gratuita y la preparación de maestros para esas escuelas primarias.

Muchos escritores famosos hablan de Sarmiento y San Francisco del Monte de Oro cuando se refieren al maestro de América. La idea de Sarmiento y San Francisco del Monte de Oro constituye una unidad conceptual indestructible, no se conciben separados ya sea en el pensamiento del prócer, ya sea en el imaginario colectivo, por ello donde esta el espíritu de Sarmiento allí está San Francisco y su escuelita, ambos transitan de la mano por geografías distantes, donde haya un reconocimiento de la obra y pensamiento del prócer allí esta su nodriza, San Francisco del Monte de Oro.

Jesús Liberato Tobares. (San Francisco del Monte de Oro- San Luis 1978) dice:
“Una apacible tarde en que el sol agonizaba en el ocaso y las majadas de regreso al redil poblaban el aire de confusos balidos, Sarmiento escuchó de labios de un lugareño, al término del rosario, la más bella oración: “Pedía en ella a Dios lluvias para los campos, fecundidad para los caminantes...”

Quizás valga la pena recordarla como un buen augurio para esta comunidad que ha crecido y crece al amparo de los más nobles principios del orden, el trabajo y la cultura
.

Convencidos de la importancia de declarar a San Francisco del Monte de Oro
“Capital Nacional de la Educación Pública y Santuario de la Educación Americana”, y con la esperanza que al cumplirse 180 años de la llegada de Domingo Faustino Sarmiento a San Francisco del Monte de Oro, Provincia de San Luis, nos encontremos reunidos para celebrar con orgullo el Día del Maestro, el próximo 11 de Septiembre, con este acto de reparación histórica.-

Por todo lo anteriormente expuesto es que solicitamos a nuestros pares la aprobación del presente proyecto de declaración.


Adolfo Rodríguez Saa.- Liliana T. Negre de Alonso.- Roberto Basualdo.

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