JOSÉ BLANCHET

Hacia la segunda mitad del siglo XIX el frances Joseph Blanchet se radicó en la localidad de San Francisco del Monte de Oro. Allí se dedicó a la actividad comercial, fundando la afamada “Casa Blanchet”, y se casó con Carmen Núñez, hija de Antonio Núñez y Perfecta Marin.

El matrimonio Blanchet-Núñez tuvo siete hijos: cuatro varones y tres mujeres. Uno de ellos, al que llamaron José, se convertiría en un destacadísimo político y comerciante con influencia no solo en San Francisco sino en toda una región:

Don José Blanchet

José Blanchet en 1876, en esta provincia. Comenzó su vida laboral siendo empleado del F. C. P. y luego en la Casa Llantada y Hno.

En 1904 empieza a obrar por cuenta propia en el pueblo. Se asocia con su hermano Ricardo, y poco después con su cuñado Domingo Sosa, a quien le fue encomendada la Sucursal de la “Casa Blanchet” que se abrió en Quines, mediante la cual extendió su órbita de trabajo hasta La Botija y El Totoral.

José Blanchet contrae matrimonio con Margarita Ojeda Bustos, oriunda de la ciudad de San Luis. Con ella tiene siete hijos. Cuatro varones: José (Pepe), Ricardo Alberto, Alejandro Augusto y Hugo Edelberto; y tres mujeres: Marta del Carmen, Corina Estela y María Angélica.

Enlace Blanchet-Ojeda

Blanchet vivió en el lujoso Chalet de calle Centenario y Rivadavia, en pleno centro de San Francisco, comprado a su también acaudalado hermano Ricardo. Allí hospedó a distintos visitantes ilustres que llegaban al pueblo.

El chalet en el que vivió Jose Blanchet parte de su vida.

Además de su desempeño en el rubro comercial, tuvo un protagonismo relevante en la política local. Cabe destacar que fue intendente de San Francisco en mas de una oportunidad. Durante sus gestiones se realizaron mejoras en las calles, desecación de pantanos, rectificación de acequias, construcción de puentes y se dotó a la población del alumbrado eléctrico, con el progreso que eso significa. 

Acto de proclamación del candidato a diputado por este
departamento para las elecciones de 1928

En 1937 se instala la Corresponsalía del Banco de la Nación, de la que Don José fue designado Corresponsal.

En el año 1941 funda la razón social “José Blanchet e hijos”, que alcanzó vasta proyección en la provincia. “Pepe” y Ricardo Alberto fueron los dos hijos que trabajaron con él en la actividad comercial.

El 1 de diciembre de 1942 fallece a los 66 años de edad, provocando consternación en toda la provincia de San Luis, especialmente en el departamento Ayacucho.

La familia Blanchet. Cementerio de San Francisco.

A continuación he transcrito el impactante artículo publicado por el diario La Reforma con motivo del funeral de Don José Blanchet y parte del discurso de Don Cornelio P. Moyano, autoridad local en aquel entonces y uno de los ocho oradores en el sepelio.

La Reforma, 3 de diciembre de 1942.

Voz de los Departamentos.

De San Francisco.

"Ha sido imponente el acto de sepelio de los restos de que en vida se llamó Don José Blanchet".

Una imponente manifestación de duelo ha constituido el sepelio de los restos del ex comerciante de esta plaza y del Departamento Ayacucho Don José Blanchet, verificado ayer en el cementerio de San Francisco. Una caravana de automóviles seguía a una inmensa muchedumbre que transportó a pulso el féretro desde la casa mortuoria a la necrópolis, distante 3 kilómetros. Confundidos en ella iban personas de todas las clases sociales, gente humilde con ramos de flores, que a caballo o a pie habían bajado desde la Sierra de Carolina, de Quines, de Lujan, El Talita, Santa Rosa, y de distintos puntos de los Departamentos Belgrano, Ayacucho, San Martín y hasta de Pringles.

El centro de Comercio de esta ciudad destacó al Presidente del mismo y el Banco Mixto de San Luis a su gerente.

Llegada la concurrencia al cementerio inició los discursos el Sr. Moyano en su noble carácter de Presidente del Club Social y de la Comuna de San Francisco, siguiéndole en el uso de la palabra los Sres. Manuel A. Torre por el comercio de Ayacucho, los Dres. Despouy y Marcial Rodríguez por sus amigos y correligionarios, la señora Silvia de Abaca por la Sociedad de San Francisco, el Sr. Ernesto Seculi, y el Sr. Antonio Muñoz Mellado en nombre del personal de las casas Blanchet, exhortando al mismo a seguir el camino, trazado por don José Blanchet, en inspiradas palabras que traducían su emoción y el afecto a su jefe de tantos años.

Cerró la serie de ellos el Sr. Vila, con un conceptuosisimo discurso, en el que hizo resaltar los méritos del extinto y su modestia solo comparable a su generosidad, callada y sin ruido.

Eran cerca de las 2 cuando la concurrencia fue dejando el cementerio de San Francisco, emprendiendo el viaje de retorno a esta ciudad, varios automóviles con las personas que fueron de esta en nombre del comercio, el que fue portador de una hermosa corona de flores naturales que se hizo venir de Mendoza.

Don José Blanchet como si presintiera su próximo fin había dejado escrito en fecha reciente sus deseos de ser sepultado en San Francisco y en la tierra que tanto amó y que fue su cuna. Y el mismo día en que falleciera había escrito a un cliente y amigo que se asociara con sus hijos. <<Pues no tenemos la vida comprada y ya vamos para viejos>>... A las tres horas fallecía. 

Corresponsal especial

Fragmento del discurso de Cornelio P. Moyano en el solemne sepelio 

Rudo golpe recibe este pueblo con tu desaparición de este escenario de labor fecunda que actuaste con el aplauso general de sus habitantes. Su progreso y engrandecimiento ostenta también vuestras mejores pinceladas.El Club Social por ejemplo, que me honro en presidir, debe su reorganización a ti, en momentos en que debía desaparecer como entidad social-cultural. Tu desprendimiento, tu generosidad, emanados de tu gran cariño a este suelo que vio nacer, le salvaron. Por eso nuestros consocios, lloran y lamentan vuestro adiós eterno.La Comuna de este pueblo, representada también por mí en este acto, debe añorar siempre la acción dinámica y fecunda de José Blanchet a su frente, en 1922, mejorando sus corrientes destructoras, arreglando sus plazas, construyendo puentes y dotándole de alambrado particular y público.

Señores, en nombre de esas dos entidades llego tembloroso y cohibido a despedir los restos mortales de este gran ciudadano, cuyo ejemplo debemos seguir chicos y grandes, jóvenes y ancianos, asegurando atribulados familiares y amigos que lloran esta muerte, que es justo llorarla, porque no se llora solo al vinculado por lazos de sangre o amistad, sino a la parte de progreso que ella nos arrebata. 

Paz en su tumba.

Fuentes consultadas

- Gatica, M. D. (1990). Tres lustros en San Francisco del Monte de Oro. Mendoza: Editorial Martín Fierro.

- Diario La Reforma, diciembre de 1942.

- Agradecimiento especial a Sergio Quiroga Celiz por datos aportados. 

Imágenes

- Archivo Histórico de la Provincia de San Luis

- Caras y Caretas

- Archivo personal.