Silabario de Sarmiento


Nicolás Jofre (1863-1958), oriundo de San Francisco del Monte de Oro, fue un profesor, abogado, político e historiador, reconocido como uno de los más importantes intelectuales de la Historia de la Provincia de San Luis.

En la Biblioteca “Domingo Faustino Sarmiento” de la Escuela Normal Juan Pascual Pringles, de la ciudad de San Luis, se atesora una reliquia histórica directamente relacionada a esta eminente figura.

Se trata de un valioso ejemplar del Silabario de Sarmiento (1872), con la particularidad que fue utilizado por el Dr. Jofré en su niñez, cuando asistió a la Escuela de Varones de su pueblo natal.

El antiguo texto educativo, tesoro de la ENJPP.
Este trascendente libro fue donado por el mismísimo poseedor en 1914. Se preserva actualmente en un cofre de madera junto a la carta donde el ilustre sanfrancisqueño explica su relevancia histórica. A continuación, se transcribe el citado documento:

San Luis, septiembre 11 de 1914 
A la Bibliotecaria de la Escuela Normal Regional de Varones 
San Luis. 
Distinguida Señora: 

 Adjunto a la presente, acompaño un ejemplar del SILABARIO de Sarmiento, editado en 1872.
 
 Al depositarlo en esta Biblioteca, lo entrego a la custodia de los alumnos de esa Escuela Normal. 
 Es un ejemplar hoy muy raro, que fue usado hace más de cuarenta años. 
 Ha sido conservado, por que traía a mi mente recuerdos muy gratos. Allí se despiertan todas las reminiscencias de mi infancia: cuando pequeñuelo, deletreábamos en este silabario, la anécdota de "Las uvas verdes y la zorra”, la de la falsificación que los muchachos de Santiago de Chile hacían de la harina de llallí, ¡¡sustituyéndola por nieve secada al horno!!  y finalmente, la de otra interesante fábula de la "Danza Irresistible". 
 En este libro aprendíamos los niños de ese tiempo, señalando letra por letra y sílaba por sílaba, con un pequeño puntero de espina arrancado de las palmas de la sierra, mientras estaba a nuestro frente la palmeta que sacaba sangre. 
 Y digamos en verdad: fue usado este librito en el mismo sitial de la Banda Sur de San Francisco, en que Sarmiento fundara su primer Escuela, cuando solo contaba quince años de edad. 
 Y lo original es, que fue en esa aldea en 1826, donde nació la primera página de este libro, y se concibió la idea educacional que en un corto lapso había de cambiar la fas de la República. 
 Así Io dice su autor en una carta escrita en 1872, y cuyos párrafos pertinentes copiamos. 
 "Yo fundé, dice, Ia Escuela de San Francisco del Monte en 1826, con siete alumnos, como funde después la primera Escuela de San Juan. Siempre será bueno que se conserve el recuerdo en una aldea, de su primer maestro, el que, andando en el tiempo, llegó a ser Presidente de la República”. 
 “En estos hechos insignificantes, se tiene el origen del movimiento educacional del país. La prueba está de que de San Juan llevé a Chile, no ya la intuición de sus ventajas, sino el estudio completo, en métodos, conocimientos y sistemas”. 
 “Mi primer paso en Chile, fue cerrar las Escuela de Lancaster; y el segundo, dar un SILABARIO racional; y todo esto, puede reputarse el fruto maduro de la semilla que nació en San Francisco de Monte de San Luis, y cuyas ramas del árbol hoy se extienden desde el plata a Golfo de México y las márgenes el Orinoco” (Carta al Gobernador Ortiz Estrada, año 1872, en el Tomo 13 de sus obras). 
 De modo pues, se ve que el origen del SILABARIO que presento tiene su concepción en esta Provincia de San Luis, y este ejemplar que hoy ofrezco lleva el mérito de haber sido usado en el mismo paraje, repito, en que Sarmiento fundó su primera escuela cuando solo contaba 15 años de edad. 
 Este obsequio no tiene otro mérito. 
 Sin embargo este SILABARIO fue en su tiempo un libro de progreso que desterró del aula la Cartilla y el Catón, en que en aquel pueblo enseñaran los viejos maestros: Franco, de Chile, y Don Faustino Berrondo de Catamarca. 
 Al entregar este folleto como un objeto curioso, se me ocurre que la juventud al contemplar y examinar sus páginas, ha traer a su memoria todo un mundo de recuerdos, y en la mente ha de cruzar la silueta de su autor, aquel titan de las luchas de nuestra organización, quien, a la edad de adolescente, recibió en el patio de su Escuela a sus alumnos, mocetones de bota y guardamonte que salían de las selvas montados en fogosos potros, para ir a recibir el primer bautismo de la ciencia del A. B. C. D. 
 Ojalá que este librito sea para los jóvenes maestros, como una chispa de la obsesión educacional que embargó sesenta años la vida de un patriota argentino. 
 Saludo muy atentamente a la señora Bibliotecaria. 
N. Jofre.
Retrato del Dr. Nicolas Jofre (AHSL)

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