EULALIO ASTUDILLO

Nació en San Francisco del Monte de Oro (San Luis), en 1854. Cursó sus primeros estudios en la Escuela de Varones, siendo alumno distinguido del viejo maestro Don Juan de Dios Escobar. No habiendo aún normalistas y por las destacadas aptitudes que demostraba, pronto le fue entregada al joven Astudillo la Dirección de una Escuela en Lujan (San Luis).

Retrato de Don Eulalio Astudillo

Después de ejercer varios años aquella dirección, fue becado para la Escuela Normal de Tucumán. Allí sobresalió por su clara inteligencia, por su circunspección y su excepcional aptitud docente. Así lo constataban los informes al Gobierno de San Luis, y, complacido, lo reconocía Paul Groussac.

Al volver con su diploma de Tucumán, ocupo el puesto de profesor en la escuela de Villa Mercedes, para pasar luego a la dirección de una escuela graduada en Renca. De ahí pasó a San Luis con motivo de la creación del Consejo de Educación, donde tuvo una destacada actuación. Del Consejo pasó a la Escuela Normal de Varones, que acababa de restablecerse.

Allí puso toda la energía, todo el capital acumulado de conocimientos y toda la experiencia de veinte años vividos con amor a la enseñanza. De esa dirección, como de las cátedras que ejercía en el Colegio Nacional, fue expulsado por el Interventor Nacional (a fines de 1893). Así fue injustamente arrojado del aula el intachable maestro.

Otras de sus facetas prominente fue el periodismo. A juicio de un observador de la época, Astudillo “escribía recio, pero sin hiel, poniendo el dedo en la llaga de una situación, pero no producía jamás herida personal. Por eso nunca fue odiado: su espíritu noble no perdió el contacto con los combatientes de la otra orilla”.

Pasaron algunos años en que se dedicó a otras actividades, hasta que fue llamado a colaborar. De buena fe, aceptó el cargo de Ministro de Hacienda, Culto e Instrucción Pública siendo Gobernador Narciso Gutiérrez, y Ministro de Gobierno y Justicia de Jerónimo Mendoza. Entre 1904 y 1908 fue Diputado Nacional por la Provincia de San Luis.

Cambios diversos de la política local le alejaron de su terruño y aunque temporariamente volvió a la ciudad de San Luis ocupando cátedras y aun el Consejo de Educación, se domicilió definitivamente en la Capital Federal. Allí volvió a la enseñanza, hasta que, ya enfermo, solicitó su retiro.

Don Eulalio Astudillo falleció en Buenos Aires, el 3 de febrero de 1935. Ante la infausta noticia, casi desapercibida en algunos medios provinciales, el Dr. Nicolas Jofré expreso lo siguiente, sobre quien fuera su admirado mentor y compañero de ideales:

“Paz en la tumba para el ciudadano olvidado de los políticos y de los poderes oficiales. Pero recordado ha de ser por una larga caravana de educadores, compañeros, alumnos y amigos, que, nos imaginamos, llevan impresa en la memoria aquella visión clara que le conocíamos sobre los acontecimientos, ese determinismo para juzgar los desvíos de los hombres, y ese dulce platicar como manando de la pura fuente de su corazón. Por eso nunca se preguntó su milicia partidaria, porque siempre se le encontró cuadrado en la formación de las filas del patriotismo, del deber y de la justicia". (La Montaña, 6 de febrero de 1935).

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