IGLESIA SAN FRANCISCO DE ASÍS (Banda Sur)

Una capilla dedicada a San Francisco de Asís ya existía para mediados del siglo XVIII. Según Urbano J. Núñez, allí Julián Iturri impartía enseñanza a los niños del valle, pues el Cabildo, a solicitud del obispo Juan González Melgarejo, lo había designado maestro de esa población en 1745. 

En 1826, Domingo Faustino Sarmiento, con 15 años de edad, estuvo viviendo en San Francisco junto a su tío el presbítero José de Oro. Según relata en Recuerdos de Provincia, la capilla del lugar se encontraba sola en medio del campo. 

Cuenta además que demuelen el frente de la misma ya que había sido pulverizado por un rayo, y construyen "un primer piso de una torre y coro, compuesto de pilares  robustos  de  algarrobo, coronado con un garabato natural encontrado en los bosques, que describía tres curvas, la del centro más elevada que las otras". Allí, quien luego fuera conocido como “El Maestro de América”, talló la inscripción: San Francisco del Monte de Oro, 1826. 

A continuación se transcriben del citado libro dos anécdotas de Sarmiento en la iglesia de San Francisco:
Gustaba con pasión de bailar, y él y yo hemos fandangueado todos los domingos de un año enredándonos en pericones y contradanzas en San Francisco del Monte, en la Sierra de San Luis, en cuya capilla, estando él de cura, reunía por las noches, después de la plática de la tarde, a las huasitas blancas o morenas, que las hay de todo pelaje y lindas como unas Dianas, para domesticarlas un poco, porque ningún pensamiento deshonesto se mezcló nunca a estos recreos inocentes. No digo que no hiciese de las suyas cuando joven, que eso no me atañe. (pág. 50).
Estábamos una noche solos ambos en nuestra solitaria habitación de San Francisco del Monte, y había velándose en la vecina iglesia el cadáver de una mujer hidrópica. "Anda, Domingo, me dijo, y tráeme de la sacristía el misal, que necesito ver un spelbus que hay, contra lo que dice Nebrija". Tenía yo que entrar por la puerta de la iglesia, dejar atrás el ataúd rodeado de velas, tomarle en el cañón obscuro del edificio, y entrar en la sacristía. Estuve sudando a mares en la puerta gran rato, avanzando un paso y retrocediendo, hasta que desenvolviéndose el miedo que se estimula a sí mismo y multiplica sus fuerzas, yo renuncié a entrar, y me volvía, cola entre las piernas, a confesarle a mi tío que tenía miedo a los difuntos; iba resuelto como un balandrón puesto a prueba a pasar por la vergüenza de humillarme hasta merecer el desprecio cuando por una ventanilla vi la cara plácida, tranquila de mi tío que dejaba deslizar lentamente el humo de una reciente fumada del cigarro. Al ver esta fisonomía noble me creí un vil, y volviendo mis pasos entré en la iglesia, dejé atrás al difunto, y en alas del sentimiento del honor, que no ya del miedo, tomé a tientas el libro y salí levantándolo alto, como si dijera ya a mi maestro: he aquí la prueba de que no tengo miedo. De regreso, empero, parecíame de lejos que no había espacio suficiente para pasar sin exponerme a que el difunto me echase garra de las piernas. Esta seria reflexión me conturbó un momento, y describiendo en torno suyo un círculo, vuelto el cuerpo y los ojos hacia él, rozando la espalda contra la muralla, marchando de lado, después para atrás por no perderlo de vista hasta tomar la puerta, yo salí de aquella aventura sano y salvo, y mi tío recibió el libro, y buscó en él y halló el caso. Pero él ignoró toda su vida las peripecias que habían agitado mi espíritu en seis minutos. Yo había sido vil, grande, heroico y miedoso, y pasado por un infierno, por no sentirme indigno de su aprecio. (pág. 53/54)
Liberato Tobares en Noticias para la historia de los pueblos de San Luis, brinda abundante información sobre lo sucedido con la antigua capilla y la construcción del nuevo templo, que fue declarado Parroquia en 1859. Uno de los datos que aporta, es que:
En 1857 se demolió la antigua iglesia que servía de enterratorio y que se encontraba en ruinas. Se procuraba utilizar la madera que estaba en buen estado para la Escuela Pública. (...).
En 1864 era síndico de la iglesia de San Francisco Don Francisco Bázquez, quien el 29 de septiembre de ese año comunica al gobierno que Don Benicio Orellano y Don Justo Sosa se niegan a entregarle los fondos que obran en su poder, pero que no obstante la iglesia se está arreglando.  
El 23 de octubre de 1866 el Pbro. Emeterio Lucero (primer párroco de San Francisco, que murió en 1867), comunica que se ha caído el techo de la iglesia, desde el coro hasta la barandilla del altar, y que el vecindario está dispuesto a cooperar para construir una nueva. (p. 108). 
Por su parte Urbano J. Núñez, en un apartado dedicado a la "Parroquia de San Francisco", del libro póstumo En el azul del tiempo, expone la siguiente información:
Aunque más inclinado a las actuaciones notariales que a los trajines con peones y obreros, don Francisco Básquez aceptó con gusto la tarea de secundar a don José Mariano Bustos, comisionado por el gobierno puntano para el arreglo de la parroquia de San Francisco del Monte de Oro, cuya iglesia se hallaba en ruina desde mucho tiempo atrás.  
Y por cierto que ambos vecinos trabajaron con celo y constancia, pues el 13 de octubre de 1870 informaban al gobernador don José Rufino Lucero y Sosa que contaban ya con un templo mucho mejor que el que antes habían conocido, aunque reedificado sobre sus mismos cimientos, por no haber podido ser de otro modo. La fachada y como una quinta parte de sus Murallas, que antes eran de adobes, se habían repuesto con ladrillos, agregándose al frente una torre que además de hermosear el conjunto, serviría de resguardo a las campanas. (p. 36)
Cabe agregar también que la actual iglesia no está emplazada en el mismo sitio que la primitiva. La posible ubicación de la antigua capilla es el lugar donde se encuentra la Escuela N°162. Incluso se han hallado restos óseos humanos que indicarían la presencia del antiguo cementerio. La nueva iglesia, que se puede apreciar en las siguientes fotografías, fue erigida al oeste de la Plaza Sarmiento (calle Miguel B. Pastor y Nicolás Di Genaro).


Iglesia San Francisco de Asís.
Ubicada en la Banda Sur de San Francisco del Monte de Oro.
Foto José La Vía (AHSL)


Foto actual de la Iglesia San Francisco de Asís, Banda Sur, San Francisco del Monte de Oro, San Luis.
Foto actual de la Iglesia San Francisco de Asís (2017).

BIBLIOGRAFÍA

  • Núñez, U. J. (1993). En el Azul del Tiempo
  • Sarmiento, D. F. (1850). Recuerdos de provincia.
  • Tobares, J. L. (1996). Noticias para la historia de los pueblos de San Luis. Fondo Editorial Sanluiseño.

1 comentario:

  1. Hola!! Mi tatarabuelo era italiano, médico... vivió en San Francisco.
    Filoteo Gialluca, necesito recolectar información sobre él... estoy tratando de hacer la ciudadanía.

    ResponderEliminar